Margarita Martínez Trapiello publica ‘Soy mujer, no objeto’, un ensayo con el que denuncia la opresión hacia el género femenino.

CÍRCULO ROJO.- Como bien explica Margarita Martínez Trapiello, ‘Soy mujer, no objeto’ trata de exponer el papel que se le ha otorgado a la mujer a lo largo de la historia. “En estos momentos surgida con la hipersexualización, el extractivismo de los cuerpos de la mujer a través de la prostitución y los vientres de alquiler. Se pone de manifiesto que las legislaciones que se autodenominan progresistas la han abocado a su borrado diluyéndola en conceptos que nada tienen que ver con ella”, explica ella misma.

Publicada en Círculo Rojo, Grupo Editorial, el lector va a encontrar, según las palabras de la autora, “un planteamiento que tiendo fundamental en el feminismo y es que la mujer tiene que alcanzar el estatus de sujeto político para salir de la opresión que en la actualidad viene por la hipersexualización y la cosificación que de ella se está haciendo”.

Se trata de un libro dirigido a la sociedad en general. “El problema de la opresión de la mujer no puede obviarse al tratarse del problema del 50% de la población, y no se centra solamente en el europatriarcado pues estudia el feminismo negro y la colonialidad o lo que es lo mismo la intersección del sexo, la raza y la clase en la opresión que estas mujeres soportan. 

SINOPSIS

Soy mujer, no objeto trata desde distintas perspectivas cómo la mujer ha sido ignorada y borrada a lo largo de la historia y advierte de los peligros que, en un momento en que parecía que se estaba en la senda de la igualdad de derechos, legislaciones que se autodenominan progresistas la ponen más que nunca cerca de la posición inicial porque con ellas lo que se hace es disolverlas entre un montón de conceptos que poco o nada tienen que ver con la mujer.

AUTORA

Margarita Martínez Trapiello nació en León, estudió el bachillerato en el instituto Juan del Enzina y finalizó sus estudios de Derecho en la Universidad de Salamanca. Ejerció la abogacía desde el año 1976 hasta el año 2020, estando colegiada en el Colegio de Abogados de León.

En el año 1977 contribuyó a la creación y legalización de la Asociación Flora Tristán, cuya finalidad era la reivindicación de los derechos de las mujeres a quienes se les impedía ejercer sus derechos no solo desde el punto de vista legislativo, sino también sociológico. 

Entre otras áreas del derecho, ha sido especialmente sensible hacia los temas de la mujer, y en la defensa de los más débiles a través del Turno de Oficio durante todo el tiempo que ejerció la abogacía.

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